jueves, 19 de enero de 2012

Primera

Así, quiero ser
Quiero decir lo que la gente sabe y no quiere oír,
Yo quiero cantar la verdad de mis entrañas, el dolor de mis huesos, aunque sea desafinado, triste y escalofriante.
Y si no tuviera estas horas por delante, y si no fuera parte de esa raza de artistas frustrados detrás de un mostrador, no estaría escribiendo.
Si fuera de esos que escriben canciones que la gente quiere oír, melodías hermosas, armonías armoniosas…
 Quien pudiera.
No hay nada más falso que tratar de imitar aquello que gusta, no hay nada más horrible que forzar la creatividad inclinada hacia algún lado de la conveniencia.
Simplemente las cosas son como son, y hay que aceptarlas.
Así como las aceptaron mis antepasados,
No de pura casualidad me encuentro dentro de una familia plagada de artistas sin nombre, sin futuro, sin pasado.
¿Pero que es el reconocimiento al fin?
Un montón de personas acariciándonos el ego…
Eso, eso, si, es eso.
Que lindas, las caricias en el ego,
Dulces, tibias, afables, amables.
Que dulce el aplauso de un teatro lleno,
Que dulces los miles de comentarios en una publicación de internet,
Dulces las notas de la prensa amigable
Dulce,
Es acaso entonces el arte ¿ego puro?
Pienso y digo: no, no, no
Separarse, es la separación del interior, la democracia del subconsciente,
Bajen las velas,
¡Vamos a cantar!